Si la arquitectura bioclimática es aquella que reflexiona sobre el impacto ambiental de todos los procesos implicados en una vivienda, desde los materiales de fabricación (obtención que no produzca desechos tóxicos y no consuma mucha energía), las técnicas de construcción (que supongan un mínimo deterioro ambiental), la ubicación de la vivienda y su impacto en el entorno, el consumo energético de la misma, y el reciclado de los materiales cuando la casa ha cumplido su función.
Si por Bioconstrucción se entienden los sistemas de edificación o establecimiento de viviendas, refugios u otras construcciones, realizados con materiales de bajo impacto ambiental o ecológico, reciclados o altamente reciclables, o extraíbles mediante procesos sencillos y de bajo costo como, por ejemplo, materiales de origen vegetal y biocompatibles.
Si por Domótica se entiende el conjunto de sistemas capaces de automatizar una vivienda, aportando servicios de gestión energética, seguridad, bienestar y comunicación, y que pueden estar integrados por medio de redes interiores y exteriores de comunicación, cableadas o inalámbricas, y cuyo control goza de cierta ubicuidad, desde dentro y fuera del hogar.
Entonces por Biodomótica entenderíamos la aplicación de la Domótica bajo un concepto de bajo impacto ambiental, mediante procesos y productos eco-diseñados y ahorradores de energía, reciclados o altamente reciclables, y restrictivos en el uso de sustancias peligrosas.